Escuelas Católicas ha presentado, en el marco de la celebración de su Asamblea anual, que ha tenido lugar en el Colegio La Inmaculada-Marillac, la “Guía para la prevención y reparación de abusos sexuales a menores en centros educativos”. Una publicación, editada con el patrocinio del Grupo SM, que la institución pone a disposición de los centros educativos, y de la sociedad en general, con el fin de contribuir a acabar con esta lacra social y promover una política de tolerancia cero frente a los abusos a menores.
Los abusos sexuales a menores constituyen una lacra social que hay que erradicar. Es necesario retirar el velo de la ocultación y reconocer, sin ambigüedades, el delito penal, canónico y humano que implica, cuyas heridas y consecuencias nunca prescriben en las víctimas. Esta web, basada en la Guía para la prevención y reparación de los abusos sexuales a menores en centros educativos elaborada por Escuelas Católicas con el patrocinio de SM, es una buena herramienta para saber actuar y mirar de frente al horror generado por los agresores y también para mirar de frente, con ternura y compromiso reparador, a las víctimas, desde las máximas de la protección del menor y de la escuela como entorno seguro.
La Guía, elaborada por un equipo de colaboradores de Escuelas Católicas y de otras entidades titulares y organizaciones, fue presentada por Pedro Huerta, secretario general de Escuelas Católicas, Fernando García, inspector provincial de la Inspectoría Salesiana Santiago el Mayor y monseñor Carlos Osoro, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española. Todos coincidieron en la oportunidad de esta guía que se publica en un momento en el que la sensibilidad social y eclesial sobre los abusos sexuales a menores va en aumento.
La necesidad y valor intrínseco de esta Guía, destacó Pedro Huerta, es ser una aportación útil y práctica para que, en las escuelas, especialmente las escuelas de ideario católico, no se deje lugar a dudas de su triple compromiso de actuar ante la lamentable realidad de los abusos sexuales a menores desde la prevención, la intervención, y la sanación y reparación. Se hace necesario un posicionamiento institucional, “es triste y vergonzoso constatar que muchos han traicionado la confianza que la sociedad y las familias depositan en el centro”, subrayó. Por eso, “es más que un deber, es nuestra misión ser entornos seguros, contribuir a la mejora del mundo y a acabar con la lacra social de los abusos sexuales a menores. No rehuyamos pedir perdón, no seamos piedra de escándalo para nadie”, concluyó.
Fernando García por su parte, felicitó a Escuelas Católicas por esta Guía que va a servir para actuar y generar en las escuelas espacios de escucha y confianza, ambos imprescindibles para restaurar los daños del presente y del pasado. Desde su experiencia en la reparación y sanación de los abusos sexuales, García insistió en la importancia de realizar cambios estructurales que permitan acompañar, acoger el dolor y el reproche, escuchar, y ser rigurosos en la aplicación de los protocolos, así como en la detección y actuación rápida y eficaz. “La escuela católica tiene que ser capaz de vencer el mal a fuerza del bien. No podemos cambiar el pasado pero sí aprender de la experiencia del mal para hacer un bien más profundo todavía”, dijo. “La Guía -añadió- tiene que ser una ayuda para ser hospital de primeros auxilios, para saber ver al que está herido y saber llevarle a la posada”.
Por su parte, monseñor Carlos Osoro animó a abordar estas cuestiones con franqueza y sinceridad, a “no tener miedo a abrir puertas y afrontar las cosas como tenemos que hacerlo”. Reconoció que la escuela católica está respondiendo y dando pasos reales. Para terminar, agradeció la publicación de esta Guía y pidió hacer un esfuerzo porque la escuela católica promueva la educación de unos seres humanos con capacidad de afrontar la vida con el estilo de Jesucristo, y poniendo lo mejor de uno mismo para los demás.
Una Guía comprometida con la reparación y restauración
Bajo la premisa de que estamos hablando de delitos la Guía mira de frente el horror generado por los agresores, y también mira de frente, con ternura y compromiso reparador, a las víctimas de los mismos, desde las máximas de la protección del menor y de la escuela como entorno seguro. Además, se insiste en la necesidad de retirar el velo de la ocultación y reconocer sin ambigüedades el delito penal, canónico y humano que implica, y cuyas heridas y consecuencias nunca prescribirán en las víctimas.
El primer capítulo ayuda a clarificar conceptos e ideas sobre los abusos sexuales a menores; el segundo busca fundamentar la actuación y la responsabilidad que corresponde a las escuelas católicas, comprometidas con una cultura del cuidado; el tercer capítulo aborda la prevención desde una base pedagógica, pastoral y jurídica; para presentar en el cuarto capítulo criterios transparentes para una intervención global y humanizadora. Partiendo de esa intervención, y del compromiso de los centros con una cultura del cuidado, en el último capítulo se acomete el proceso de sanación y reparación. Se completa con un apartado de anexos documentales y bibliografía básica para consultar.
Esta Guía está disponible para su descarga gratuita en la dirección web: https://www.escuelascatolicas.